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Adulterio - Los mensajes evangélicos de la Palabra de Dios


27 oído que se dijo: No cometerás adulterio.
28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio en su corazón con ella. - Mateo 5:28

Aquí hay una advertencia mientras una gran enseñanza del Espíritu Santo de Dios para nuestras vidas.

¿Qué tan difícil es controlar nuestra mirada. Algunos dicen que es más fácil controlar el lenguaje de la mirada. Y mira que controlan el lenguaje es a la vez un arte y un don divino. O Miembro de poner las malditas manguinhas pronunciado y lo que no.

Por otra parte el control de la mirada es también bastante complicado. ¿Cómo podemos cerrar los ojos y pretender que no estamos viendo algo hermoso, bien acabado y muy agradable a la vista. En realidad nuestra naturaleza pecaminosa intenta imponer nuestra naturaleza espiritual de su voluntad. La lucha es grande y constante.

Si le damos un poco para ser apela a nuestra naturaleza carnal es generalmente más fuerte en nuestra debilidad espiritual y nos hacen tomar paja hechos en el viento y así que terminamos por caer en las ilusiones del pecado y la trampa del diablo.

La mirada es la puerta de nuestra alma. Si cerramos los ojos a las cosas del mundo perderá todo el brillo, color y encanto. Con los ojos cerrados, lo que queda es el brillo del mundo espiritual. Si nuestros ojos es una expresión de la oscuridad que la oscuridad no va a contaminar nuestro aspecto espiritual y físico. Así que el Espíritu Santo nos exhorta a no dejar que nuestra mirada persistir en todo lo que pueda suscitar en nuestro corazón los celos, la envidia o la avaricia.

Los celos, la envidia y la codicia son la base de la mayoría de nuestros pecados. Básicamente, estos malos sentimientos se despiertan a través de nuestros ojos y luego contaminar todos nuestros corazones y pensamientos. ¿Qué podemos hacer para evitar que nuestros ojos se distraiga y también que él no habita donde, de hecho, no debería parar?

Lo único que podemos hacer es la dedicación de nuestros sentidos a Dios Todopoderoso. Debemos dedicar todos los sentidos y no sólo nuestros ojos. Si le damos al Señor nuestras emociones, pensamientos, corazones, sentimientos y deseos. Cuando se lo damos todo al Señor Jesucristo, seguramente hará que nuestros sentidos hacen sólo lo que es según el corazón de Dios Padre

Amén y gracias a Dios.

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