Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que os exalte a su debido
tiempo, mover de un tirón sobre él toda vuestra ansiedad, porque él tiene
cuidado de vosotros. - 1 Pedro 5:6-7
La ansiedad es un tipo de sufrimiento. Es una desgracia que alguien se siente a esperar a que algo que todavía está por suceder.
¿Cuántas veces hemos estado aquí. En otras palabras, podemos decir que la ansiedad es como una gran mano abierta que se coloca en la espalda y que nos empuja constantemente que tomemos una decisión incluso antes de ocurrir las cosas.
Cuando nos dejamos dominar por este clima de ansiedad que sufrimos y por desgracia también en atrapalharmos. Es este ataque de ansiedad que aparece con su hermana, la impulsividad. Ante esta situación, incluso en contra de nuestra voluntad, cometemos muchos errores y tomar muchas decisiones apresuradas.
Eso es lo que el mensaje dice hoy.
Cuando la palabra de Dios nos manda a humillarnos bajo la poderosa mano de Dios es que acaba de decir que no importa lo que está sucediendo en nuestras vidas, tenemos que reconocer nuestra total incapacidad y la falta de sabiduría para cambiar las situaciones, incluso más simple. Imagínese entonces el más complicado.
Cuando el Espíritu Santo nos enseña que siempre debemos dejar todas nuestras preocupaciones, las necesidades, los problemas, las injusticias, las deudas, las dudas, las causas del dolor, la tristeza y todo en las manos de nuestro Señor y Dios es porque Él nos enseña que incluso no veamos o sintamos nuestro tutor, que es nuestro Dios y su poder, Él está allí junto a nosotros, y el que lo es que siempre cuida de nosotros.
No es fácil de entender o de aceptar un hecho tan maravilloso y fantástico como este, ya que no ocurre en el mundo material y visible, pero en el mundo espiritual.
El Señor Jesucristo nos ha enseñado al respecto:
Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste: bienaventurados los que no vieron, y creyeron. - Juan 20:29
Hoy no es como ayer. En el pasado, era común para que la gente no sabe qué pensar o no saber qué hacer. Nos quedamos completamente dominados por la ansiedad, la preocupación y la ansiedad. Hoy todo es diferente. Hoy podemos estar en contacto directo con el Padre Hoy tenemos que contar. Hoy tenemos en nuestras vidas al Señor Altísimo y poderoso del universo.
Lo que tenemos que hacer para que nuestro Dios permanece a nuestro lado?
No tenemos que hacer nada. Es como decir la palabra:
Él tiene cuidado de vosotros. - 1 Pedro 5:7
Sólo reconocerlo y hablar con nuestro gran Dios. Sólo hay que preguntar por él, el nombre glorioso del Señor Jesucristo para cuidar de todas nuestras necesidades y problemas no importa lo que son: pequeñas o grandes. Lo que tenemos que hacer es esto: es reconocer nuestra pequeñez delante de nuestro Dios grande y poderoso y darle las gracias porque Él siempre nos encargamos de todo para nosotros. Amen!
La confianza en nuestro Dios y darle todas nuestras ansiedades y preocupaciones en las manos de nuestro Dios poderoso. Esta es una gran receta para lo que son nuestras necesidades, por lo que nuestros problemas se resuelven, por lo que nuestro negocio va a tener éxito y, finalmente, que nuestra vida es una vida bendecida próspera y feliz.
Comprometerse con el Señor tus obras, y tus pensamientos serán afirmados. - Proverbios 16:03
Bienaventurado el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. - Jeremías 17:07
Amén y gracias a Dios. Estancia en la paz del Señor Jesucristo.